En medio de serios cuestionamientos acerca de la legitimidad del gobierno y con una base sandinista muy deteriorada, la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, compareció telefónicamente este 4 de enero en los medios de comunicación gubernamentales pidiendo dejar el pasado atrás.
El próximo noviembre Nicaragua va nuevamente a las urnas y desde ya el gobernante FSLN se da como ganador, debido a su control total del Consejo Supremo Electoral, la desarticulación de la oposición y los problemas internos de éstos.
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Pese a su retórica confrontativa, Murillo sostuvo que “el odio ciega y perturba”. En este sentido, instó a “sanar nuestras almas, sanar nuestras heridas y también sin olvidar que con odio nunca más, y procurar que el pasado sea pasado”.
Tras los operativos limpieza perpetrados por la Policía y civiles armados del Frente Sandinista contra los manifestantes antigubernamentales en el 2018, Rosario Murillo ha insistido en olvidar lo sucedido.
Mientras tanto los opositores y la comunidad internacional demandan justicia por los asesinatos y violaciones a los derechos humanos y también elecciones libres, cosas que Daniel Ortega parece no estar dispuesto a dar.
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Foto de portada: Presidencia de Nicaragua.